“Sabemos que no vamos a cambiar el mundo, pero creo que puede ser una buena experiencia para que todos participen”

julio 27, 2009 at 1:03 pm (entrevista)

Por Mariana Canda
Germán Museli tiene 21 años y es estudiante de Ciencia Política en la Universidad de San Martín. En el año 2005 formó el Foro Barrial de Jóvenes de la Comuna 12, un lugar donde los estudiantes secundarios se reúnen a debatir sobre diferentes temáticas que van desde la ecología hasta la participación ciudadana.

¿De dónde proviene la idea de hacer un Foro Barrial de Jóvenes?
La idea del Foro Barrial de Jóvenes proviene de Julio Nardini, profesor del colegio Sagrada Familia, que le interesa todo el tema de lo social y lo cívico. Lo que trató de hacer fue adaptar los modelos de Naciones Unidas, que es un lugar donde los jóvenes aprenden a debatir, participar, negociar y llevar eso al ámbito de la ciudad y el barrio. Aplicamos primero la metodología de esos modelos de Naciones Unidas con discursos más formales y después nos fuimos dando cuenta que era mejor hacerlo más participativo y abierto.

¿Qué instancias componen al Foro Barrial de Jóvenes?
Actualmente consta de tres etapas. La primera es el pre foro, que lo denominamos la cocina, que es donde preparamos todo, nos empezamos a conocer, a hacer un vínculo más formal, establecemos lazos, convocamos a los colegios y debatimos cuales pueden ser los temas de interés general para los chicos y las instituciones educativas. Luego esta la etapa del foro en sí, que dura tres días generalmente. Se utiliza la metodología de la FLACSO de gestión social y democracia participativa. Ese es el evento, se debate y se arman los proyectos que se vuelcan en la tercera etapa del post foro en donde se intenta llevarlos a la práctica. Ahí participan los que quieren. Básicamente eso es el Foro, un lugar de construcción social y un proceso de cambio social.

¿Qué circunstancias te llevaron a formar este foro barrial?
Fue verlo a Julio como una especie de papá o guía como en la Antigua Grecia. Mi tutor, como el siempre dice que era Aristóteles de Alejandro Magno (salvando las distancias que yo no soy Alejandro ni él Aristóteles). Él me impulsó a lo cívico, a la participación ciudadana. Yo hubiera querido ser jugador de fútbol, pero descubrí que en lo social también está lo mío y en hacer algo por los demás y cambiar el ámbito donde uno vive.

¿Pensás que este tipo de ámbitos para jóvenes son escasos?
No, los lugares participativos para jóvenes actualmente son varios, pero no se conocen. Y el no conocimiento de ellos produce que no nos conozcamos entre las organizaciones y lleva a decir “no existen lugares de participación para jóvenes”.
Creo que a contraposición de lo que dicen en la televisión y en los otros medios, la juventud argentina no está perdida. La realidad de los jóvenes, si bien no es fácil, hay algunas puntas de cambio como el Foro Barrial de Jóvenes u otras instituciones que trabajan con pibes como el MINU con esto de los modelos de Naciones Unidas. Hay varias organizaciones que se ocupan que los jóvenes empiecen a ver de otra manera y que no piensen que todo esta perdido y que todo es la cultura del MP3 (que yo también lo uso).

¿Los jóvenes de la Comuna 12 se han interesado con la propuesta del foro?
Sí, en un primer momento algunos pueden haber venido obligados por sus escuelas, pero ha tenido buena recepción. Chicos que pensábamos que jamás iban a formar parte, hemos tenido varios casos que se han sumado, les ha interesado la propuesta y han seguido por uno o dos años.

¿En qué áreas crees que puede incursionar el Foro?
Me gustaría mucho que incursione en el tema del compromiso y la ayuda social, en cuanto a las donaciones y la ayuda a gente carenciada. Me gustaría también que el Foro cumpla un papel importante en medios de difusión y en eventos. Lo demás creo que se ha ido abarcando todo en la medida de nuestras fuerzas y de lo que tenemos.

¿Ha recibido apoyo gubernamental el Foro?
En realidad no. Hemos tenido y contado con la gracia de María Victoria González Borleri del PRO, que nos ha abierto la puerta para conseguir y tramitar algunas cosas. Más allá de la ideología que uno pueda tener, es el espíritu gandhiano construir con lo diferente.

¿Cómo ha apoyado el CGP?
Podemos ver varias instancias. La primera, cuando empezó el Foro en 2005 nos ayudaron mucho en la convocatoria a los colegio y en la conversación con los jóvenes. Ese primer momento fue bastante aceptable y muy interesante. Luego vino una etapa de mucha negociación. Ellos solamente querían venir a poner la cara. Y nosotros necesitábamos la ayuda en otros aspectos. Fue muy discutida esa época. Vino una tercera etapa en la que miembros del CGP participaron. Fue fructífero, pero a veces los jóvenes sentíamos que nos venían a decir que hacer o invadían nuestro espacio y creo que eso provocó que muchos se fueran.

Vos recién lo nombrabas a Gandhi ¿es una persona muy importante dentro del Foro?
Sí. En principio fue y es para Julio un agente para el cambio social. Después de a poquito me fue metiendo a mi la idea de Gandhi. Yo fui adhiriendo yo, no es que fui cooptado. Me interesó mucho y creo que es el pilar para un cambio social.

¿Se dio la interacción con otros organismos?
Sí. Podemos decir que en el marco del proyecto Ciudad Educativa que lleva a cabo el Ministerio de Educación de la ciudad conocimos a chicos del Rotaract Montserrat UAI, a Martín Lorences, que era el vicepresidente en ese momento. Club fundado nuevo de jóvenes perteneciente al Rotary Club. Gente que le gusta el servicio y le gusta hacer cosas por el otro, como nosotros. Después hemos conocido a la Asociación Cristiana de Jóvenes, Vecinos por la ecología, el Movimiento Humanista, el Credicoop. No hemos tenido mucho contacto con jóvenes, pero los que hemos tenido han sido muy fructíferos.

¿Se ha podido replicar el Foro en otras comunas?
Básicamente es uno de los objetivos tratar que esto se replique en otras partes de la ciudad, y porqué no del país. Básicamente llegamos a replicarlo en la Comuna 8, particularmente el barrio de Villa Soldati. Julio Nardini vive y trabaja en colegios de allá y con muchos frutos pudo darse ahí.

¿Las nuevas tecnologías han ayudado a la difusión del Foro Barrial?
Yo creo que si. Al no poder contar con sustentos económicos excelentes para poder contar con radios, ir a programas y tener spots publicitarios, contar con la página web donada por Arcadia (empresa importante de software educativo) y lo que uno va aprendiendo a hacer con los blogs, creo que fue lo que nos dio la difusión porque sino no hubiésemos tenido más medios que los de Urquiza.

¿El Foro ha progresado?
Sí. Por lo que estudio de Ciencia Política y por la manera que a mi me han explicado que es la historia, este es un proceso. El foro está construido por agentes sociales, que somos los jóvenes y algunos adultos, y se llevó a cabo un proceso con errores y aciertos. La quinta edición de este foro se iba a realizar durante el mes de agosto en el colegio Sagrada Familia del barrio de Villa Urquiza. Debido a la suspensión de clases por la Gripe A, se debió trasladar al mes de septiembre el evento.

¿Qué expectativas tenés en lo que pueda suceder en la nueva edición del foro?
Tratar que los chicos sigan participando, ir formándonos como una organización más fuerte, seguir fomentando la cultura cívica en los jóvenes, que otras organizaciones empiecen a ver con ojos serios qué es el Foro. Sabemos que no vamos a cambiar el mundo, pero creo que puede ser una buena experiencia para que todos participen.

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Pochoclos, banderitas y candidatos (ejercicio)

julio 27, 2009 at 12:57 pm (crónicas) (, , , , )

Por Mariana Canda
En Recoleta, más precisamente en el segundo piso del complejo Buenos Aires Desing, se llevo a cabo el cierre de campaña del Acuerdo Cívico y Social (ACyS), fuerza que para las elecciones del 28 de junio reúne en sus filas a la UCR, la Coalición Cívica y el Partido Socialista.
En la entrada los militantes vendían el merchandaising oficial del radicalismo y repartían toda la folletería disponible: boletas, balances de actividades realizadas en el área de educación por instituciones afines y el “Topín”, un volante que simula una tapa del diario Clarín del lunes 29 en la que se informa sobre la aplastante victoria del ACyS –como solución absoluta a todos los problemas del país y de la política- y la debilitación y cercana extinción del Kirchnerismo y las actuales alianzas electorales.
La concurrencia dentro del auditorio era heterogénea, si bien los adultos y las personas de edad avanzada predominaban entre el público, los jóvenes lo hacían en la parte organizativa. Un grupo de señoras levantaba eufóricamente carteles con la leyenda “Lilita al Parlamento”, en un intento de contrarrestar el rumor que indica que esa posibilidad no podría darse debido a la pérdida en el caudal de votos que indicaron varias encuestas en las últimas semanas.
Mientras en la pantalla principal se proyectaban una y otra vez los spots de campaña, alternados por videos musicales con fotos de los principales protagonistas de la lista, los asistentes demostraban cierta impaciencia por el retraso. Tal vez, para que la espera no fuera tan tediosa, comenzaron a repartirse pequeños recipientes de pochoclos con la cara de Margarita Stolbizer, candidata a primera diputada en la provincia de Buenos Aires –podría pensarse que el choripan y el vino no están a la altura de un espectáculo en el Desing-.
Por fin la espera terminó, una hora y veinte minutos después de lo programado. Desde la tribuna cayeron papelitos y el público agitó las banderitas argentinas que fueron colocadas en los asientos con anterioridad para recibir a los candidatos Alfonso Prat Gay, Elisa Carrió, Margarita Stolbizer, Ricardo Alfonsín, y el presidente de la UCR Gerardo Morales.
Durante el acto se pudo escuchar en el discurso de todos los candidatos la necesidad imperiosa de ser la alternativa al Kirchnerismo desde la Quiaca a Ushuaia. Cuando fue su turno de hablar, Carrió se planteó como referente para el futuro, pero reconoció que no puede llegar sola y que necesita volver a sus raíces, las cuales había abandonado para superarlas. Al igual que Kirchner, la líder de la Coalición Cívica sostuvo que estas elecciones no son solamente legislativas, sino que se juega en ellas el futuro de los próximos 20 años.
Las críticas al Gobierno Nacional y a Néstor Kirchner obviamente no estuvieron ausentes, como así tampoco los reproches a actitudes del PJ disidente, de Pino Solanas y hasta se hizo referencia en tono negativo al segmento Gran Cuñado del Programa que conduce Marcelo Tinelli.
En el final del evento se apeló a hacerse cargo de la historia y reparar la república, no como una opción sino como una necesidad por el supuesto peligro de que Kirchner se metamorfosee en el Chávez argentino.

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EL MEJOR OFICIO DEL MUNDO

May 26, 2009 at 5:14 pm (Texto) (, )

Palabras pronunciadas por el periodista y escritor colombiano Gabriel García Márquez, Premio Nobel de Literatura y presidente de la Fundación para un Nuevo Periodismo Iberoamericano, ante la 52a. asamblea de la Sociedad Interamericana de Prensa, SIP, en Los Angeles, U.S.A., octubre 7 de 1996.

A una universidad colombiana se le preguntó cuáles son las pruebas de aptitud y vocación que se hacen a quienes desean estudiar periodismo y la respuesta fue terminante: “los periodistas no son artistas”. Estas reflexiones, por el contrario, se fundan precisamente en la certidumbre de que el periodismo escrito es un género literario. Hace unos cincuenta años no estaban de moda las escuelas de periodismo. Se aprendía en las salas de redacción, en los talleres de imprenta, en el cafetín de enfrente, en las parrandas de los viernes. Todo el periódico era una fábrica que formaba e informaba sin equívocos, y generaba opinión dentro de un ambiente de participación que mantenía la moral en su puesto. Pues los periodistas andábamos siempre juntos, hacíamos vida común, y éramos tan fanáticos del oficio que no hablábamos de nada distinto que del oficio mismo. El trabajo llevaba consigo una amistad de grupo que inclusive dejaba poco margen para la vida privada. No existían las juntas de redacción institucionales, pero a las cinco de la tarde, sin convocatoria oficial, todo el personal de planta hacía una pausa de respiro en las tensiones del día y confluía a tomar el café en cualquier lugar de la redacción. Era una tertulia abierta donde se discutían en caliente los temas de cada sección y se le daban los toques finales a la edición de mañana. Los que no aprendían en aquellas cátedras ambulatorias y apasionadas de veinticuatro horas diarias, o los que se aburrían de tanto hablar de los mismo, era porque querían o creían ser periodistas, pero en realidad no lo eran.
El periódico cabía entonces en tres grandes secciones: noticias, crónicas y reportajes, y notas editoriales. La sección más delicada y de gran prestigio era la editorial. El cargo más desvalido era el de reportero, que tenía al mismo tiempo la connotación de aprendiz y cargaladrillos.
El tiempo y el mismo oficio han demostrado que el sistema nervioso del periodismo circula en realidad en sentido contrario. Doy fe: a los diecinueve años – siendo el peor estudiante de derecho – empecé mi carrera como redactor de notas editoriales y fui subiendo poco a poco y con mucho trabajo por las escaleras de las diferentes secciones, hasta el máximo nivel de reportero raso.
La misma práctica del oficio imponía la necesidad de formarse una base cultural, y el mismo ambiente de trabajo se encargaba de fomentarla. La lectura era una adicción laboral. Los autodidactas suelen ser ávidos y rápidos, y los de aquellos tiempos lo fuimos de sobra para seguir abriéndole paso en la vida al mejor oficio del mundo – como nosotros mismos lo llamábamos.
Alberto Lleras Camargo, que fue periodista siempre y dos veces presidente de Colombia, no era ni siquiera bachiller. La creación posterior de las escuelas de periodismo fue una reacción escolástica contra el hecho cumplido de que el oficio carecía de respaldo académico. Ahora ya no son sólo para la prensa escrita sino para todos los medios inventados y por inventar.
Pero en su expansión se llevaron de calle hasta el nombre humilde que tuvo el oficio desde sus orígenes en el siglo xv, y ahora no se llama periodismo sino ciencias de la comunicación o comunicación social. El resultado, en general, no es alentador. Los muchachos que salen ilusionados de las academias, con la vida por delante, parecen desvinculados de la realidad y de sus problemas vitales, y prima un afán de protagonismo sobre la vocación y las aptitudes congénitas. Y en especial sobre las dos condiciones más importantes: la creatividad y la práctica.
La mayoría de los graduados llegan con deficiencias flagrantes, tienen graves problemas de gramática y ortografía, y dificultades para una comprensión reflexiva de textos. Algunos se precian de que pueden leer al revés un documento secreto sobre el escritorio de un Ministro, de grabar diálogos casuales sin prevenir al interlocutor, o de usar como noticia una conversación convenida de antemano como confidencial. Lo más grave es que estos atentados éticos obedecen a una noción intrépida del oficio, asumida a conciencia y fundada con orgullo en la sacralización de la primicia a cualquier precio y por encima de todo. No los conmueve el fundamento de que la mejor noticia no es siempre la que se da primero sino muchas veces la que se da mejor. Algunos, conscientes de sus deficiencias, se sienten defraudados por la escuela y no les tiembla la voz para culpar a sus maestros de no haberles inculcado las virtudes que ahora les reclaman, y en especial la curiosidad por la vida. Es cierto que estas críticas valen para la educación general, pervertida por la masificación de escuelas que siguen la línea viciada de lo informativo en vez de lo formativo. Pero en el caso específico del periodismo parece ser, además, que el oficio no logró evolucionar a la misma velocidad que sus instrumentos, y los periodistas se extraviaron en el laberinto de una tecnología disparada sin control hacia el futuro. Es decir, las empresas se han empeñado a fondo en la competencia feroz de la modernización material y han dejado para después la formación de su infantería y los mecanismos de participación que fortalecían el espíritu profesional en el pasado. Las salas de redacción son laboratorios asépticos para navegantes solitarios, donde parece más fácil comunicarse con los fenómenos siderales que con el corazón de los lectores. La deshumanización es galopante.
No es fácil entender que el esplendor tecnológico y el vértigo de las comunicaciones, que tanto deseábamos en nuestros tiempos, hayan servido para anticipar y agravar la agonía cotidiana de la hora del cierre. Los principiantes se quejan de que los editores les conceden tres horas para una tarea que en el momento de la verdad es imposible en menos de seis, que les ordenan material para dos columnas y a la hora de la verdad sólo les asignan media, y en el pánico del cierre nadie tiene tiempo ni humor para explicarles por qué, y menos para darles una palabra de consuelo. “Ni siquiera nos regañan”, dice un reportero novato ansioso de comunicación directa con sus jefes. Nada: el editor que antes era un papá sabio y compasivo, apenas si tiene fuerzas y tiempo para sobrevivir él mismo a las galeras de la tecnología.
Creo que es la prisa y la restricción del espacio lo que ha minimizado el reportaje, que siempre tuvimos como el género estrella, pero que es también el que requiere más tiempo, más investigación, más reflexión, y un dominio certero del arte de escribir. Es en realidad la reconstitución minuciosa y verídica del hecho. Es decir: la noticia completa, tal como sucedió en la realidad, para que el lector la conozca como si hubiera estado en el lugar de los hechos.
Antes que se inventaran el teletipo y el télex, un operador de radio con vocación de mártir capturaba al vuelo las noticias del mundo entre silbidos siderales, y un redactor erudito las elaboraba completas con pormenores y antecedentes, como se reconstruye el esqueleto entero de un dinosaurio a partir de una vértebra. Sólo la interpretación estaba vedada, porque era un dominio sagrado del director, cuyos editoriales se presumían escritos por él, aunque no lo fueran, y casi siempre con caligrafías célebres por lo enmarañadas. Directores históricos tenían linotipistas personales para descifrarlas.
Un avance importante en este medio siglo es que ahora se comenta y se opina en la noticia y en el reportaje, y se enriquece el editorial con datos informativos. Sin embargo, los resultados no parecen ser los mejores, pues nunca como ahora ha sido tan peligroso este oficio. El empleo desaforado de comillas en declaraciones falsas o ciertas permite equívocos inocentes o deliberados, manipulaciones malignas y tergiversaciones venenosas que le dan a la noticia la magnitud de un arma mortal. Las citas de fuentes que merecen entero crédito, de personas generalmente bien informadas o de altos funcionarios que pidieron no revelar su nombre, o de observadores que todo lo saben y que nadie ve, amparan toda clase de agravios impunes. Pero el culpable se atrinchera en su derecho de no revelar la fuente, sin preguntarse si él mismo no es un instrumento fácil de esa fuente que le transmitió la información como quiso y arreglada como más le convino. Yo creo que sí: el mal periodista piensa que su fuente es su vida misma – sobre todo si es oficial- y por eso la sacraliza, la consiente, la protege, y termina por establecer con ella una peligrosa relación de complicidad, que lo lleva inclusive a menospreciar la decencia de la segunda fuente.
Aun a riesgo de ser demasiado anecdótico, creo que hay otro gran culpable en este drama: la grabadora. Antes de que ésta se inventara, el oficio se hacía bien con tres recursos de trabajo que en realidad eran uno sólo: la libreta de notas, una ética a toda prueba, y un par de oídos que los reporteros usábamos todavía para oír lo que nos decían. El manejo profesional y ético de la grabadora está por inventar. Alguien tendría que enseñarles a los colegas jóvenes que el casette no es un sustituto de la memoria, sino una evolución de la humilde libreta de apuntes que tan buenos servicios prestó en los orígenes del oficio. La grabadora oye pero no escucha, repite – como un loro digital – pero no piensa, es fiel pero no tiene corazón, y a fin de cuentas su versión literal no será tan confiable como la de quien pone atención a las palabras vivas del interlocutor, las valora con su inteligencia y las califica con su moral. Para la radio tiene la enorme ventaja de la literalidad y la inmediatez, pero muchos entrevistadores no escuchan las respuestas por pensar en la pregunta siguiente.
La grabadora es la culpable de la magnificación viciosa de la entrevista. La radio y la televisión, por su naturaleza misma, la convirtieron en el género supremo, pero también la prensa escrita parece compartir la idea equivocada de que la voz de la verdad no es tanto la del periodista que vio como la del entrevistado que declaró. Para muchos redactores de periódicos la transcripción es la prueba de fuego: confunden el sonido de las palabras, tropiezan con la semántica, naufragan en la ortografía y mueren por el infarto de la sintaxis. Tal vez la solución sea que se vuelva a la pobre libretita de notas para que el periodista vaya editando con su inteligencia a medida que escucha, y le deje a la grabadora su verdadera categoría de testigo invaluable. De todos modos, es un consuelo suponer que muchas de las transgresiones éticas, y otras tantas que envilecen y avergüenzan al periodismo de hoy, no son siempre por inmoralidad, sino también por falta de dominio profesional.
Tal vez el infortunio de las facultades de comunicación social es que enseñan muchas cosas útiles para el oficio, pero muy poco del oficio mismo. Claro que deben persistir en sus programas humanísticos, aunque menos ambiciosos y perentorios, para contribuir a la base cultural que los alumnos no llevan del bachillerato. Pero toda la formación debe estar sustentada en tres pilares maestros: la prioridad de las aptitudes y las vocaciones, la certidumbre de que la investigación no es una especialidad del oficio sino que todo el periodismo debe ser investigativo por definición, y la conciencia de que la ética no es una condición ocasional, sino que debe acompañar siempre al periodismo como el zumbido al moscardón.
El objetivo final debería ser el retorno al sistema primario de enseñanza mediante talleres prácticos en pequeños grupos, con un aprovechamiento crítico de las experiencias históricas, y en su marco original de servicio público. Es decir: rescatar para el aprendizaje el espíritu de la tertulia de las cinco de la tarde.

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Programa Taller de periodismo barrial

May 26, 2009 at 4:47 pm (General)

Primer Cuatrimestre
Clase presentación:
• Definición del taller (duración, composición y reglas).
• Definiciones generales de periodismo.
• Nociones de noticiabilidad.
• Estructura de la información (pirámide invertida y cabeza de noticias)

Ejercicios en clase de cabeza de noticias.

Bibliografía: capitulo 1 del manual.

Segunda clase:

• Refuerzo de cabeza de noticia.
• Cuerpo de la nota.
• Ejercicios en clase de cabeza de noticias y cuerpo.

Bibliografía: capitulo 2 del manual.

Tercera clase:

• Presentación de cable.
• El cable.
• Las fuentes.
• Ejercicios de notas con el uso del cable y de las fuentes.

Bibliografía: capitulo 3 del manual.

Cuarta clase:

• Introducción al género crónica.
• Ejemplos de crónicas leídos en clase. Explicación.
• Preparación para el ejercicio de crónica en la semana.

Bibliografía: capitulo 4 del manual.

Quinta clase:

• Corrección individual del primer ejercicio de crónica.
• Devolución grupal.
• Preparación para el segundo ejercicio de crónica.

Sexta clase:

• Introducción género entrevista.
• Ejemplos del género leído en clase. Explicación.
• Preparación del ejercicio de entrevista.

Bibliografía: capitulo 5 del manual.

Séptima clase:

• Devolución de las crónicas.
• Primera presentación y corrección individual de las entrevistas.

Octava clase:

• Presentación de las entrevistas (edición final).
• Introducción Notas de color.
• Ejemplos de nota color leídos en clase. Explicación.
• Preparación del ejercicio de nota color.

Bibliografía: capitulo 6 del manual.

Novena clase:

• Devolución de entrevistas.
• Introducción a opinión y editorial.
• Ejemplos de los géneros leídos en clase. Explicación.
• Preparación de ejercicios de notas de opinión y editorial.

Bibliografía: capitulo 7 del manual.

Décima clase:

• Devolución notas de opinión y editorial.
• Introducción a nota de investigación.
• Preparación de los grupos para la realización de la nota de investigación.

Bibliografía: capitulo 8 del manual.

Décimo primera clase:

• Definición de temas para la nota de investigación.

Décimo segunda clase:

• Seguimiento de la evolución de la investigación.

Décimo tercera clase:

• Entrega de la nota de investigación.
• Preparación de publicación del taller.
• Selección de notas.

Décimo cuarta clase:

• Devolución de la nota de investigación.
• recuperatorios.

Décimo quinta clase:

• Devolución de los recuperatorios.
• Devolución de los estudiantes sobre el taller.

Décimo sexta clase:

• Presentación de la publicación.
• Cierre del primer cuatrimestre

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Inscribite en el taller gratuito de Periodismo Barrial

May 23, 2009 at 11:16 pm (General)

Si querés formar parte de una experiencia de comunicación barrial y dar los pasos introductorios en el oficio del periodismo, te esperamos los sábados deEluney 17 a 19 en el centro cultural Eluney en Boyaca 927.

El taller inicial se desarrollará durante 16 clases  y estará compuesto por contenidos teóricos y prácticos. Todos los trabajos presentados por los alumnos serán publicados en este blog, mientras que las mejores notas serán seleccionadas para la publicación impresa.

Contenidos del Taller:

  • Nociones generales de periodismo
  • Estructura de la información
  • Análisis comparativo
  • Géneros periodístico (crónica, entrevista, columna, nota color y nota de investigación)

Para anotarte mándanos un mensaje a periodismoeneluney@gmail.com o llamá al 4584 7542.

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